Becas Ambientales Ford 2015
Ganadores de las Becas Ambientales |
Periódico el Nuevo Día
Sección End Educador 16 de septiembre de 2014
Donativos Ambientales de Ford de Puerto Rico reconoce la lalbor realizada por los Urban Farmers Punto Com |
Foro de Educación Innovadora Microsoft Puerto Rico
Primer Lugar en la categoría: de Pil Network
http://www.pil-network.com/Resources/LearningActivities/Details/92c2cd8c-dbf3-461d-818c-20e58d1bb643
Segundo Lugar en la categoría: Extendiendo el Aprendizaje Más Allá del Aula
Tic Americas 2013
Categoría Eco Reto fuimos los primeros finalista de Puerto Rico
Ford Donativos Ambientales
Junio, 2013
Júbilo ambiental
El siguiente reportaje fue publicado en Primera Hora en su edición del sábado 2 de marzo de 2013.
De estudiantes a "Urban Farmers"En la foto: Ana Marrero, Rocío Ramallo y Valeria Marrero |
Además del huerto, los alumnos crearon un blog para difundir la información. (tonito.zayas@gfrmedia.com)
sábado, 2 de marzo de 2013
Por: Libni Sanjurjo
libni.sanjurjo@gfrmedia.com
Son chicos y chicas de ciudad, de esos que “viven con el celular en la mano”. Sin embargo, una experiencia escolar los ha acercado a la agricultura sin necesidad de desconectarse de la irresistible tecnología. Se hacen llamar los Urban Farmers.
¿Cómo surgió la idea? La maestra de computadora, Yaritza Montijo, y el maestro de historia, Walter Feshold, unieron esfuerzos para crear este proyecto educativo luego que este último decidiera incluir el trabajo con la tierra y los frutos como parte de la clase de historia sobre el desarrollo de la agricultura en Puerto Rico.
“Nuestra generación no se desconecta en ningún momento, vive
con el celular en la mano; no los podemos poner a pelear con la
educación, hay que integrar la tecnología en todos los procesos de la
educación, no negarle las redes porque ellos viven conectados”, destacó
Montijo.
Mientras, Feshold explicó que “apenas producimos
(alimentos), se han perdido destrezas”, lo que contrasta con el pasado
agrícola de la Isla durante el pasado siglo.
“Ahora ven el
supermercado lleno y piensan que los alimentos nunca se van a acabar”,
agregó el educador al explicar que la mayoría de las embarcaciones que
suplen a la Isla salen del puerto de Jacksonville, en la Florida. “Si
dejan de salir embarcaciones por una huelga (por ejemplo), aquí se crea
una crisis”, expuso.
Además, al combinar la teoría, la práctica y
la tecnología, los estudiantes “se sienten parte de lo que están
haciendo”, destacó Montijo.
La siembre del huerto de Rosa Bell
inició en octubre de 2011. Ya han logrado cultivar tomates, espinaca,
pimiento, lechuga, pepinillo y hasta papaya y plátano, entre otros
productos, con el uso de composta y sin el uso de plaguicidas químicos.
Un huerto multiplicado
Pero no conformes con
ambos esfuerzos, el grupo de alumnos, de distintos grados de la
institución educativa, llevó lo aprendido a tres escuelas –la Manuel
Fernández Juncos, en Juana Díaz; la Cacique Agueybana, en Bayamón; y la
doctor Celso Barbosa, en Río Piedras–, donde también crearon el huerto y
el blog.
Ya están en lista otros planteles, dijo el educador.
“Es
una manera nueva de aprender, no sólo leer; es visual, podemos ver el
crecimiento, ver el proceso de la agricultura, cómo crecen y germinan y
compartir eso con los demás y obtener el producto final”, destacó Andrea
Herrans, de 16 años de edad y miembro del club del huerto.
Mientras,
su compañera, María Méndez, de 15 años, apunta que el trabajo con el
huerto es “una forma diferente y nueva de aprender, ya que uno está
haciendo, no solo leyendo, y al ir a otra escuela uno está enseñando”.
Ahora, por ejemplo, dice Andrea entre risas, entiende porqué no se le daban las matitas en la casa.
María Méndez y Andrea Herrans |
Eco reto 2013
De otro lado, el esfuerzo de los urban farmers también será llevado a un concurso internacional mediante su participación en el certamen Eco Reto 2013 de la Competencia Talento e Innovación de las Américas (TIC Américas), que es un programa del Young Americas Business Trust, una plataforma de oportunidades para jóvenes emprendedores.
En particular, Premios Eco-Reto trata de proyectos sociales o de negocio que ofrecen una solución viable a una problemática ambiental, en este caso, la crisis alimentaria –los urban farmers compiten bajo la categoría de emprendedores sociales.
Pero ganen o pierdan, los estudiantes ya están cosechando lo sembrado.
Jayson González, de 15 años, aseguró que ha aprendido cómo volver a sus orígenes, “a mis ancestros”, porque se crió en una finca hasta que su familia se mudó al área metropolitana.
“Cuando aprendo algo”, comenta, “se lo comento a mi abuela, que tiene una finca en Mayagüez”.
Así las cosas, la tecnología y la agricultura no tienen por qué ir en direcciones distintas; según los urban farmers, una puede complementar a la otra.
Más información
Para conocer más del huerto, puede visitar la página urbanfarmerspuntocom.blogspot.com/
Si desea más información de la competencia, busque ticamericas.net/.
También los pueden encontrar en Facebook en facebook.com/Urban FarmersPuntoCom.
Manjares tecnológicos para educar
Novel alianza con primer centro de ciencia del País
24 de febrero de 2013
El designado secretario del
Departamento de Educación, Rafael Román Meléndez, se mostró interesado
en elaborar planes de colaboración entre la agencia y C3tec.
(juan.martinez@gfrmedia.com)
Por Aurora Rivera Arguinzoni | arivera@elnuevodia.com
Durante el encuentro, unos 70 participantes pudieron conocer de primera mano lo que se propone ofrecer C3tec, así como herramientas diversas vinculadas a la tecnología, entre las que se destacaron dos desarrolladas por educadores y científicos puertorriqueños: Urban Farmers Punto Com y Ciencia Puerto Rico o CienciaPR.
“La intención es que los maestros de ciencia identifiquen la tecnología como una alternativa para llevar el conocimiento en el salón de clase, no tan solo para proyectar (materiales en una pantalla), sino para colaborar (con otros educadores y alumnos)”, explicó la profesora Jeanette Delgado, maestra de historia en la escuela intermedia Gerardo Sellés Solá, de Caguas, y fundadora de EducaPR.
María Socorro Rosario, directora ejecutiva de C3tec, adelantó a los profesores los planes que tiene este centro, único en su clase en Puerto Rico y el Caribe según aseguró. “Esto va a ser como el centro de práctica para los maestros. Aquí el estudiante va a hacer ciencia porque se ha comprobado que si yo hago, yo aprendo”, dijo.
En su edificio de 50,000 pies cuadrados el centro ofrecerá talleres y conferencias a maestros, tendrá 33 exhibiciones permanentes en el primer piso, otras itinerantes, techo vivo y con observatorio de estrellas, proyectará películas educativas y en tercera dimensión en su cine-teatro, y proveerá espacios para actividades privadas como cumpleaños científicos.
En un aparte con El Nuevo Día, Rosario informó que luego de haber dialogado con ella y de visitar el centro ayer en la mañana, el designado secretario del Departamento de Educación, Rafael Román Meléndez, se mostró interesado en elaborar planes de colaboración entre la agencia y C3tec.
“Me dijo, 'María, ahora vamos a iniciar conversaciones para desarrollar proyectos específicos entre el Departamento y en Centro'”, adelantó con optimismo. El alcalde de Caguas, William Miranda Torres, también les reafirmó su apoyo durante la actividad.
Creadores de las herramientas tecnológicas desarrolladas en Puerto Rico y presentadas ayer, enfatizaron que están disponibles para asistir a maestros y estudiantes de diversas formas, tanto a distancia como mediante talleres y charlas.
Urban Farmers Punto Com es un proyecto en el que maestros y estudiantes del Colegio Rosa-Bell visitan otras escuelas los sábados para enseñarles cómo crear huertos caseros y documentar el proceso mediante la creación de blogs. Mientras, Ciencia Puerto Rico es una página creada por científicos puertorriqueños que cuenta con casi 6,200 miembros, enlaces para contactarlos, publicaciones constantes y bases de datos útiles tanto para maestros como para estudiantes de escuela y universitarios.
Otras herramientas tecnológicas presentadas por el consultor de aprendizaje a distancia Alfredo Calderón, incluyeron plataformas gratuitas como Merlot Content Builder (para planificación y avalúo), khanacademy.org (videos educativos), epals.com (comunicación global entre escuelas), TeacherTube.com (recurso audiovisuales variados), slideshare.net (presentaciones) y aplicaciones para tabletas variadas.
De la ciudad al campo
Alumnos de Guaynabo ayudan a niños de Juana Díaz a cultivar su nuevo huerto escolar
23 de octubre de 2012
Estudiantes de décimo grado del
Colegio Rosa-Bell ayudaron a niños de tercer grado de la Escuela Manuel
Fernández Juncos, en Juana Díaz, a desarrollar su propio huerto. (Fotos / Suministradas)
Por Tatiana Feshold Ortiz / Estudiante del Colegio Rosa-Bell, en Guaynabo
“Por fin llegó el día. Hoy compartiremos lo aprendido y
nuestro huerto dará frutos en otra escuela”. Con ese pensamiento,
estudiantes de décimo grado del Colegio Rosa-Bell, en Guaynabo, nos
levantamos temprano un sábado de octubre para visitar la Escuela
Elemental Manuel Fernández Juncos, en Juana Díaz. Los planes eran
asistirlos en la creación de su huerto escolar.
En abril pasado, el huerto del Colegio Rosa-Bell salió en las páginas de este periódico, lo que fue de gran ayuda para darnos a conocer. Fue por ese artículo que se hizo posible el junte de nuestro colegio y la escuela juanadina.
Durante la última semana de agosto, sembramos semillas de tomates, pimientos, pepinillos, espinacas, sandías y repollo. Ya para octubre, las plantitas estaban listas para el trasplante. Fue emocionante saber que algunas se convertirían en las primeras plantas de otro huerto escolar. Sabíamos que estábamos cumpliendo un sueño. Ese sueño se hizo realidad en Juana Díaz.
El viaje no fue tan largo. Fue un día precioso de mucho sol y las montañas del sur del país estaban pintadas de muchos tonos de verde. Durante el trayecto, solo pensábamos que, en apenas un año manteniendo nuestro huerto, ya se nos daba la oportunidad de fomentar la creación de más huertos escolares.
Llegamos a la escuela en Juana Díaz y allí nos recibieron varios estudiantes de tercer grado junto al profesor Emilio Vergne. Había emoción en el ambiente. Vergne nos comentaba que sus alumnos habían esperado la llegada de este día con las mismas ansias que nosotros. Rápidamente, nos pusimos a laborar. Lo primero fue preparar el terreno. La tierra en Juana Díaz tenía un color oscuro indicativo de mucha materia orgánica. Con la ayuda de varios padres y profesores, hicimos el banco de siembra. Luego, los estudiantes de tercer grado, utilizando palas y una carretilla, ayudaron a llenar el banco de una rica tierra donada por un agricultor juanadino.
Terminado el banco, estábamos listos para sembrar. El profesor Walter Feshold, de Rosa-Bell, nos orientó sobre cómo íbamos a proceder con la siembra. Los niños estaban muy atentos. Nos arrodillamos ante la tierra y, pala en mano, hicimos los hoyos donde pusimos las plantas. Añadimos un poco de composta y solo faltaba regar con agua. Antes de levantarnos, el profesor nos recordó la importancia de lo que estábamos haciendo y de cómo nos debemos conectar con la tierra.
Finalizada la faena, nos despedimos de quienes acabábamos de conocer. Los profesores se despidieron como si fueran amigos de toda la vida. Me imagino que sentían gran satisfacción por todo lo que habían hecho. Nosotros (Ervin, Jayson y yo, estudiantes de décimo grado de Rosa-Bell) nos sentíamos igual. Por un día, nos convertimos en maestros y sentimos el poder del conocimiento y la satisfacción de compartirlo.
En abril pasado, el huerto del Colegio Rosa-Bell salió en las páginas de este periódico, lo que fue de gran ayuda para darnos a conocer. Fue por ese artículo que se hizo posible el junte de nuestro colegio y la escuela juanadina.
Durante la última semana de agosto, sembramos semillas de tomates, pimientos, pepinillos, espinacas, sandías y repollo. Ya para octubre, las plantitas estaban listas para el trasplante. Fue emocionante saber que algunas se convertirían en las primeras plantas de otro huerto escolar. Sabíamos que estábamos cumpliendo un sueño. Ese sueño se hizo realidad en Juana Díaz.
El viaje no fue tan largo. Fue un día precioso de mucho sol y las montañas del sur del país estaban pintadas de muchos tonos de verde. Durante el trayecto, solo pensábamos que, en apenas un año manteniendo nuestro huerto, ya se nos daba la oportunidad de fomentar la creación de más huertos escolares.
Llegamos a la escuela en Juana Díaz y allí nos recibieron varios estudiantes de tercer grado junto al profesor Emilio Vergne. Había emoción en el ambiente. Vergne nos comentaba que sus alumnos habían esperado la llegada de este día con las mismas ansias que nosotros. Rápidamente, nos pusimos a laborar. Lo primero fue preparar el terreno. La tierra en Juana Díaz tenía un color oscuro indicativo de mucha materia orgánica. Con la ayuda de varios padres y profesores, hicimos el banco de siembra. Luego, los estudiantes de tercer grado, utilizando palas y una carretilla, ayudaron a llenar el banco de una rica tierra donada por un agricultor juanadino.
Terminado el banco, estábamos listos para sembrar. El profesor Walter Feshold, de Rosa-Bell, nos orientó sobre cómo íbamos a proceder con la siembra. Los niños estaban muy atentos. Nos arrodillamos ante la tierra y, pala en mano, hicimos los hoyos donde pusimos las plantas. Añadimos un poco de composta y solo faltaba regar con agua. Antes de levantarnos, el profesor nos recordó la importancia de lo que estábamos haciendo y de cómo nos debemos conectar con la tierra.
Finalizada la faena, nos despedimos de quienes acabábamos de conocer. Los profesores se despidieron como si fueran amigos de toda la vida. Me imagino que sentían gran satisfacción por todo lo que habían hecho. Nosotros (Ervin, Jayson y yo, estudiantes de décimo grado de Rosa-Bell) nos sentíamos igual. Por un día, nos convertimos en maestros y sentimos el poder del conocimiento y la satisfacción de compartirlo.
Colegio Rosa-Bell siembra por el futuro
Su huerto, que nace de la preocupación por la seguridad alimentaria, fue premiado por Ediciones Santillana
15 de mayo de 2012
Sobre estas líneas, los estudiantes
Valeria Marrero, de décimo grado; Nelson Robles, de cuarto grado; y
Jason González, de noveno grado, pertenecen al Club del Huerto Ecológico
Escolar del Colegio Rosa-Bell. Al lado, el grupo de Pre-Pre plantó
girasoles en una jardinera cercana a su salón. (Fotos / El Nuevo Día / Ángel M. Rivera)
Por Rut N. Tellado Domenech / rtellado@elnuevodia.com
¿Sabías que un 85% de los alimentos que se consumen en Puerto
Rico son importados? Son tan pocos los comestibles que se producen en
la Isla que, si ocurriese una catástrofe que impidiese la llegada de
embarcaciones a la región, muchos nos quedaríamos sin nada para comer.
“Este dato impacta mucho a mis estudiantes”, contó Walter Feshold, maestro de historia del Colegio Rosa-Bell, en Guaynabo. Por eso, para llevar más allá su lección sobre seguridad alimentaria, decidió plantar un huerto.
Feshold, junto a los alumnos miembros del nuevo Club del Huerto Ecológico Escolar, convirtieron una parte del patio que no se estaba usando en un lugar donde crece ají dulce, tomate, pimiento, calabaza, brécol, lechuga, sandía y otros frutos de la tierra. No ha sido fácil, pues el educador contó que el terreno no es el mejor para los cultivos, por lo que han tenido que nutrirlo con composta preparada por ellos mismo. Utilizan las hojas que caen de los árboles del patio y las cáscaras de frutas y verduras del comedor.
El proyecto, al que llamaron Huerto Ecológico Escolar, obtuvo el primer lugar del concurso de proyectos ambientales “Escuela verde, te quiero verde”, de Ediciones Santillana. El Colegio Rosa-Bell recibió un premio de $1,500, que utilizará para ampliar el proyecto. Unas 34 escuelas públicas y privadas participaron del concurso, informó Yamilete Soto, quien está a cargo de los proyectos especiales de Santillana.
Al Huerto Ecológico Escolar se integró todo el Colegio Rosa-Bell. “Coordinamos con los maestros y les llevamos los materiales al salón para que realicen los semilleros como parte de la clase”, explicó Feshold. “Eso lo llevamos al área de los germinados, donde los miembros del club les dan mantenimiento. Luego, vienen los estudiantes al huerto, trasplantan los germinados a los bancos preparados por el club y esperan por la cosecha”.
Los cerca de 25 alumnos de nivel elemental, intermedio y superior que pertenecen al club trabajan en el huerto fuera de horario escolar y los fines de semana. También ayudaron al grupo de pre-pre a plantar girasoles en una jardinera cercana a su salón para que los pequeños aprendieran el proceso de crecimiento de las plantas.
“A mí me gusta ver el proceso desde que es solo una semilla hasta que crece y la podemos comer”, contó Valeria Marrero Díaz, alumna de décimo grado que pertenece al club. “Quiero ser arquitecta paisajista y puedo integrar lo que estoy aprendiendo aquí”.
Jason González Adams, de noveno grado, dijo que “trabajar en el huerto me recuerda cuando de chiquito ayudaba a mis abuelos paternos a sembrar su finca en Mayagüez”. Agregó que “allá usábamos pesticidas, pero aquí en Rosa-Bell aprendí a usar productos orgánicos para ayudar al planeta”.
El estudiante de cuarto grado Nelson Robles Ignacio explicó que “nosotros ayudamos a nuestros compañeros a echar la tierra. Sembramos con ellos y es bueno porque aprenden a hacerlo ellos mismos”.
Esta es parte de una de las metas del maestro Feshold. “La labor en el club les da a los alumnos un conocimiento práctico que pueden aplicar en casa y enseñarles a sus padres”, dijo el educador, cuyos planes futuros son ampliar el huerto y fundar una tienda en donde los estudiantes vendan los frutos de su esfuerzo. Mientras tanto, el club divulga lo aprendido y lo logrado en el blog: www.urbanfarmerspuntocom.blogspot.com
“Este dato impacta mucho a mis estudiantes”, contó Walter Feshold, maestro de historia del Colegio Rosa-Bell, en Guaynabo. Por eso, para llevar más allá su lección sobre seguridad alimentaria, decidió plantar un huerto.
Feshold, junto a los alumnos miembros del nuevo Club del Huerto Ecológico Escolar, convirtieron una parte del patio que no se estaba usando en un lugar donde crece ají dulce, tomate, pimiento, calabaza, brécol, lechuga, sandía y otros frutos de la tierra. No ha sido fácil, pues el educador contó que el terreno no es el mejor para los cultivos, por lo que han tenido que nutrirlo con composta preparada por ellos mismo. Utilizan las hojas que caen de los árboles del patio y las cáscaras de frutas y verduras del comedor.
El proyecto, al que llamaron Huerto Ecológico Escolar, obtuvo el primer lugar del concurso de proyectos ambientales “Escuela verde, te quiero verde”, de Ediciones Santillana. El Colegio Rosa-Bell recibió un premio de $1,500, que utilizará para ampliar el proyecto. Unas 34 escuelas públicas y privadas participaron del concurso, informó Yamilete Soto, quien está a cargo de los proyectos especiales de Santillana.
Al Huerto Ecológico Escolar se integró todo el Colegio Rosa-Bell. “Coordinamos con los maestros y les llevamos los materiales al salón para que realicen los semilleros como parte de la clase”, explicó Feshold. “Eso lo llevamos al área de los germinados, donde los miembros del club les dan mantenimiento. Luego, vienen los estudiantes al huerto, trasplantan los germinados a los bancos preparados por el club y esperan por la cosecha”.
Los cerca de 25 alumnos de nivel elemental, intermedio y superior que pertenecen al club trabajan en el huerto fuera de horario escolar y los fines de semana. También ayudaron al grupo de pre-pre a plantar girasoles en una jardinera cercana a su salón para que los pequeños aprendieran el proceso de crecimiento de las plantas.
“A mí me gusta ver el proceso desde que es solo una semilla hasta que crece y la podemos comer”, contó Valeria Marrero Díaz, alumna de décimo grado que pertenece al club. “Quiero ser arquitecta paisajista y puedo integrar lo que estoy aprendiendo aquí”.
Jason González Adams, de noveno grado, dijo que “trabajar en el huerto me recuerda cuando de chiquito ayudaba a mis abuelos paternos a sembrar su finca en Mayagüez”. Agregó que “allá usábamos pesticidas, pero aquí en Rosa-Bell aprendí a usar productos orgánicos para ayudar al planeta”.
El estudiante de cuarto grado Nelson Robles Ignacio explicó que “nosotros ayudamos a nuestros compañeros a echar la tierra. Sembramos con ellos y es bueno porque aprenden a hacerlo ellos mismos”.
Esta es parte de una de las metas del maestro Feshold. “La labor en el club les da a los alumnos un conocimiento práctico que pueden aplicar en casa y enseñarles a sus padres”, dijo el educador, cuyos planes futuros son ampliar el huerto y fundar una tienda en donde los estudiantes vendan los frutos de su esfuerzo. Mientras tanto, el club divulga lo aprendido y lo logrado en el blog: www.urbanfarmerspuntocom.blogspot.com
Ganadores del certamen Escuela Verde que te Quiero Verde
Recientemente el Colegio Rosa-Bell fue premiado con
el primer lugar en el certamen Escuela Verde que te Quiero Verde de la
Editorial Santillana. El colegio participó con el proyecto del Huerto Escolar
Ecológico a cargo del Prof. Walter Feshold y su grupo de estudiantes los Urban
Farmers. El proyecto fue escogido como la mejor iniciativa ambiental
creada por estudiantes de escuela superior de todo Puerto Rico. Se
destacó el caracter ecológico del proyecto ya que en el mismo no se utilizan
abonos ni pesticidas químicos. Con este premio el club del Hueto Escolar
Ecológico obtuvo una aportación de $1,500 dólares con la cual se construyó el
huerto de la pre-escolar y se adquirieron equipos para instalar un sistema de
riego por goteo. Felicitamos a los Urban Farmers y los exhortamos a que
sigan literalmente cosechando éxitos. Felicidades!!
Video Ganador..
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